Navidades de altura

(Con la aparición estelar de Fina Rivers)

Hemos tenido la inmensa fortuna de haber nacido y vivido en el seno de familias sencillas y bien avenidas. Familias que año tras año han logrado ilusionarnos durante las navidades y han sabido convertirlas en días verdaderamente especiales. Esos días forman ahora parte de un recuerdo perenne e impagable, y sus responsables no son ni siquiera conscientes de la enorme felicidad que han generado ni de nuestro eterno agradecimiento.
Por primera vez nos encontramos lejos de ellos en estas señaladas fechas que, además, aquí pasan totalmente desapercibidas. Así que la nostalgia y la tristeza, que en estos días suelen hacer su particular agosto, llevan un tiempo rondando no muy lejos. Afortunadamente, hemos tenido una visita muy especial que las ha mandado no se sabe dónde, y ya no se las ve por aquí. Fina (Claudia´s Mum) ha venido a pasar unas semanas con nosotros, así que tendremos navidades en familia, raras, pero en familia.
Hemos decidido dedicar una semana a recorrer los insólitos parajes que conforman las espectaculares laderas del macizo del Annapurna, en plena cordillera del Himalaya. El trekking ofrece la experiencia de caminar durante días contemplando la asombrosa belleza de un paisaje único.
Nos trasladamos a Pokhara, la segunda ciudad en importancia del país, mucho más tranquila y menos contaminada que Kathmandu.   





Iniciamos el recorrido en la villa de Naya Pul, la primera de las pequeñas aldeas que encontraremos perdidas en las montañas.
Nos acompañan Kabiraj, nuestro guía, y Ari, nuestro porteador. Es una suerte y un placer poder compartir estos días con ellos.





Los días lucen un sol radiante y un despejado y límpido cielo azul. La ausencia de nubes permite observar el esplendor paisajístico que nos rodea, gobernado siempre por los colosales picos del macizo del Annapurna.


La agradable temperatura se convierte, por momentos, en calor sofocante, debido, por un lado, al vigoroso sol de la montaña y, por otro, a las largas ascensiones.
Las noches, en cambio, carecen de la benevolencia diurna y se muestran poco compasivas. Cuando el sol es absorbido por las altas cumbres, la temperatura cae a tal velocidad que para cuando el cielo decide exhibir su abrumador manto estrellado, ya casi no nos atrevemos a salir a contemplarlo. Si al atardecer lavamos y tendemos ropa, por la mañana la recogemos tan helada y rígida que podríamos utilizar una camiseta como bandeja para servir el té del desayuno.
Comemos y pasamos las noches en pequeñas y bonitas aldeas, como las de Thikedhunga, Ghorepani, Tadapani, Jhinu o Tolka. Dormimos en lo que aquí se conoce como “tea houses”, que son los austeros y acogedores hostales en los que las gentes del lugar han reconvertido sus viejos hogares y que aparecen providencialmente cada tantas horas. Ofrecen comida y alojamiento. El gobierno sólo permite regentar este tipo de negocios a los habitantes de la zona, mejorando así sus condiciones de vida y evitando la proliferación masiva de hoteles y restaurantes que pongan en peligro la integridad de este maravilloso entorno.






El plato típico: dal, bhat, tarkari (arroz, verduras y caldo de lentejas)

Las caminatas, unos días más duras y otros más suaves, empiezan y terminan con el cielo pintado de rojo y recorren antiquísimos senderos que durante siglos han sido utilizados por lugareños, comerciantes, porteadores, peregrinos y montañeros. 



Los paisajes contrastan por su sorprendente variedad.
Recorremos sombríos bosques habitados por inmensos árboles que nos muestran su aspecto semidesnudo, mientras nuestros pasos son amortiguados por la ocre y seca hojarasca que antaño los vistió. Algún que otro mono huye brincando al detectar nuestra ruidosa presencia.

Atravesamos extensiones húmedas de naturaleza subtropical en las que el intenso verde selvático satura la vista y donde la rabiosa vegetación parásita lo invade casi todo. Aquí, la envolvente banda sonora la componen las vistosas aves que, a nuestro paso, se esconden tras la densa maraña de ramas, helechos y lianas.



Siguiendo el cauce de un serpenteante riachuelo, nos adentramos en lo más profundo de una estrecha y fría garganta. Las afiladas estalactitas de hielo que decoran sus prominentes paredes revelan que al sol no le gusta entretenerse mucho tiempo en este emplazamiento.



Cruzamos largos y viejos puentes construidos con hierro y madera que, oxidado el uno y medio podrida la otra, nos advierten a base de crepitantes susurros, que es mejor acelerar el paso. Mientras, nuestro caminar se vuelve torpe a causa del inquietante balanceo. Debajo, el furioso río se esfuerza inútilmente por apartar a golpes a las gigantescas rocas que un día se desprendieron y rodaron hasta obstaculizar su fluido cauce. Aquí, los terremotos y las lluvias torrenciales de la estación monzónica, deciden cambiar, de vez en cuando, algunas cosas de sitio.



Aprovechamos para darnos un relajante y reconfortante baño caliente en las aguas de un manantial que emana junto a un caudaloso y helado río.


Mientras caminamos, nos cruzamos con otros senderistas, la mayoría acompañados por guías y porteadores. Es impresionante ver cómo éstos últimos cargan con enormes y pesados fardos durante días, ascendiendo pendientes que sin carga ya son todo un reto. En muchas ocasiones, algunos montañeros sin conciencia, aprovechan el bajo coste que supone contratar a un porteador para cargarlo, como si de una mula se tratara, con multitud de enseres pesados y totalmente innecesarios en la montaña, como libros u ordenadores. 


Avanzamos, esquivando vacas, caballos y enormes búfalos, a través de vastos y profundos valles, esculpidos laboriosamente durante años para construir los ondulantes escalones que forman las hipnóticas terrazas de arroz. Y, sobre ellas, como desafiando el vértigo y la dureza del clima y del terreno, modestas viviendas se asientan diseminadas en las alturas. Observamos cómo sus duros y curtidos moradores desarrollan sus quehaceres diarios en el exterior, tratando de que todos y cada uno de los revitalizantes rayos que envía el sol penetren hasta en lo más profundo de su ser, reponiéndose así del cruel frío de la noche pasada y preparándose para la que ha de venir.
El frío y el sol, que han tatuado sus pieles para siempre, hacen lo propio con la tierna tez de los niños, cuya suavidad se desvanece tras grietas y abrasiones, mucho antes de que aprendan a caminar. Es la forma que tienen estas montañas de marcar sus pertenencias, porque, sin duda, todo lo que aquí vive les pertenece.






Construcción funeraria budista, donde reposan las cenizas del difunto








Y custodiándolo todo con escrupuloso celo, los descomunales picos se elevan hasta las posiciones más privilegiadas del planeta.
Ahí están, desafiantes frente a nosotros, el Annapurna 1, con sus 8.091 metros de altitud, el Annapurna Sur, de 7.219 metros, el Dhaulagiri, que emerge a 8.172 metros y muchos otros colosos. Su belleza sin igual genera un poder de atracción tal que, por momentos, uno sólo piensa en dirigirse hacia ellos, escalar ese paraíso blanco y escarpado, morada del dios Shiva, coronar su silencio y observar el mundo desde su techo. Estos mágicos picos son a la montaña lo que al mar las sirenas, aunque ellos no necesitan cantar. Encantan con su brillo, su limpieza, sus formas imposibles y su majestuosidad. Pero esconden su implacable realidad, ésa que no se percibe desde aquí abajo, ésa que sólo vive bajo cero y que se protege de colonos a base de avalanchas y mal de altura.











"Obro els ulls, les cinc del matí, un fred que glaça. A les sis ens hem posat en marxa cap a Poon Hill (3.210 metres) per veure com surt el sol. Sense esmorzar començo a pujar escales, cinc cents metres de desnivell, esgotador, amb la pressa i el neguit d’arribar a temps. 
Dur, molt dur, però a l’hora.  
Els pics blancs de les altes muntanyes de l’Himalaya comencen a tenyir-se de vermell, es va fent clar, silenci, i de sobte comença a sortir a l’horitzó, molt ràpidament veiem una gran bola de foc i tot seguit de plata que ens enlluerna a tots. Ohhhh!"
                                                                                               Fina





La experiencia en la montaña ha sido increíble, aunque ha pasado demasiado rápido. Nos despedimos planeando ya la próxima ruta, quizás dentro de un mes, cuando el frío duela menos.
Celebramos la noche vieja sin uvas, sin campanadas y pensando en toda la gente que queremos y que está tan lejos. Esta noche, especialmente, os echamos de menos. 


Aunque como veis, aquí estamos muy bien, y si es con una Everest bien fría mejor...



¡Feliz año nuevo! Y si alguien se anima en el 2012, ya sabéis dónde estamos. 

12 comentarios:

  1. Hola guapisssims,
    No sabeu les dentetes que em feu,rodejats de pics, natura i muntanyes,seria la persona més feliç de la terra si pugues estar aquí i amb vosaltres i a més envoltat de amics.Quant arribi la Fina ja em tindrà al seu costat preguntant-li per vosaltres,i la seva-vostra experiència per aquests mons de deu.Endavant amb el vostre projecta i al mateix temps aventura.Molts petons per tots vosaltres.
    Toni&Mariona

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  2. Namaste!!!!
    Hola chicoooooos!. FELÍZ AÑO NUEVO!. No me echabais de menos?. Jejeje yo a vosotros siiiii!. Pero ya he vuelto y como no iba a ser menos, vuestras crónicas nepalíes me han emocionado mucho. Sea por las increíbles fotos, los relatos que las acompañan, por veros a vosotros tan felices y por las fechas en las que estamos... Me habéis emocionado de verdad!. Espero que este nuevo año os traiga toda la felicidad del mundo y la suerte en vuestro viaje, quiero seguir disfrutando con las fotos y tomarme mi tiempo junto a un te para leeros y no perderme ni un detalle. Sois los mejores chicos!. Un abrazo muy fuerte y hasta la próxima!.

    PD- Igual tardo un poco en escribiros pero me voy casi un mes a Argentina!!!!.

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  3. IM......PRESIONANTE.
    Be nois espero que hem torneu la Mum sencera.
    Que la sort us segueixi acompanyant.
    Salut , Babu

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  4. FINAAAAA,QUE T'HE VIST A LES FOTOS......QUE PRECIOS ES TOT AIXÒ....LA CLAUDIA ESTÀ GUAPISSIMA.....JA M'EXPLICARÀSSSS.MOLTS PETONS A TOTS.

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  5. Hola Nois, soc el Javi el germà de l'Anita. Ostia quines fotos quins llocs més guapus¡¡ Joder qui pogués¡¡
    A disfrutar como locos¡¡

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  6. Hooooola!!Que tal?.Estíc realment impressionada, per les fotos, pel relat, per les vostres vivéncies, per el vostre valor i la vostra empenta. os felicito de tot cor.
    Cada cop que publiqueu hem dexeu bocabadada,i sempre penso que ojalà pogués estar amb vosaltres per gaudir en viu aquesta experiencia,clar que dupto molt de que pogués aguantar el tipus,l´esforç fisic deu ser brutal,
    i el fred....indescriptible oi Fina? tia ets collonuda!!!!!Estic desitgant de veurans per que m´expliquis tot tot tot.
    Os envio 2012 petons i molta força.

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  7. Hola, quina pau que es deu respirar a Himalaya amb aquest païssatge i aquestes muntanyes. A la vegada teniu molt valor per aguantar-ho pq el clima i el cansansi (no sé si nosaltres podríem). M'alegro molt Clàudia que hagis estat amb la teva mare. Segur que has estat súper bé. S'hos veu molt units i molt guapos en les fotos.

    Be, ja només queda dessitjar-vos un feliç 2012 i espero que seguiu disfrutant de l'experiència com fins ara. Per un moment ens agradaria estar aquí amb vosaltres però no pot ser. D'alguna manera ho estem una miqueta des d'aquí. Ens encanta el vostre blog i el seguim en tot detall esperant el proper relat amb il.lusió.

    Natàlia i Oriol.

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  8. Bon any guapissims!!!

    Me'n alegro que continueu amb aquestes meravelles! quines dentetes!
    Quines fotos i quins pics més impressionants!

    Petonets i abraçades a els tres!!

    Mmmuuuaaaa

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  9. ¡Namaste! Que paisajes, que dureza y a la vez belleza, me ha encantado que no hayan restaurantes,ni hoteles, si no auténticos de los habitantes de allí. Fina, en plan estelar y aguantando como una jabata.
    Seguir vuestra aventura....
    PacoSan

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  10. HOLA GUAPISIMOS. Que guapos estáis la Fina tiene marcha como sigue el ritmo, todo impresionante las montañas,los ríos y los puentes colgantes, Javi estas muy guapo con el corte de pelo y el gorro, menuda aventura.Las Navidades para nosotros también han sido diferentes sin vosotros no tuvimos cotillón ni tampoco hicimos fotos,para Reyes lo mismo ni fotos ni roscón nos faltaban lo mas importante vosotros, pero a la vez contentos pues sabemos que lo estáis pasando fenomenal.Los Reyes pasaron por casa y dejaron alguna cosa como cada Año. Seguid con vuestra aventura y a por todas muchos besazossssss y abrazosssssss

    TATA

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  11. Una mica tard però... Que tingueu un bon any i que seguiu gaudint d'aquesta aventura que segur que us engrandeix el cor i l'anima.
    Una abraçada desde Sant feliu,
    Clara i família.

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  12. Hola pareja, ahora trío. Os admiro y envidio sanamente. Os admiro por todo lo que estáis haciendo y la valentía para decidiros a hacerlo. Se os nota felices, se os ve contentos , disfrutad y disfrutad; estáis con una experiencia única. La belleza de las fotos, lo espléndido de las narraciones; simplemente ¡¡ increíble !!, ¡¡ mil felicidades !!, os admiro.

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